Hazme próspero Señor

Publicado por Rev. Jose Peña en

Génesis 39:1-9; 19-23; 41:38-44

Al leer sobre la vida de José encontramos con frecuencia las referencias de que era un hombre prospero porque Dios estaba con el y Dios era el que lo hacía prosperar, por esa razón siempre encontraba gracia ante los ojos de los hombres.

Aún cuando las situaciones cambiaban a su alrededor y lo ponían en diferentes lugares, la mano de Dios nunca se apartó de José y donde sea el prosperaba y hacía prosperar a quien estuviera sobre el.

En casa de Potifar tuvo que sufrir una prueba que era para tentarlo, esta prueba era para ver su integridad para con su jefe y para con Dios, en la cárcel tuvo que esperar su tiempo y servir con SU TALENTO (interpretar sueños era su don), donde el Faraón recibió el cumplimiento de su llamado y alcanzó su libertad y tuvo familia: Manasés (el que hace olvidar) y Efraín (fecundo).

El hombre impío o el hombre sin Dios no puede ver la mano de Dios sino es a través de la prosperidad, muchos cristianos le huyen hoy en día pensando que es mala, que muchos impíos también la tienen, pero la de ellos es muy sufrida, mientras que la del creyente es diferente, pues hace prosperar a otros también.

José siempre hizo prosperar a su autoridad (y siempre tuvo una), en la iglesia donde estemos, en el trabajo que tengamos, en el grupo donde estemos, si Dios está con nosotros y tenemos prosperidad ese circulo también la tendrá.

Dios siempre da gracia para con los hombres a aquellos que son mansos y humildes, que no guardan rencor. José obviamente estaba herido en su corazón pues su primer hijo Manasés le hizo al fin olvidar, el había perdonado a sus hermanos, pero todavía sentía dolor, quizás no había entendido el propósito de Dios, pero lo aceptaba cada día.

Me llama la atención que obviamente el don de José era interpretar sueños, pues ese don le abrió las puertas: 1) Los sueños de José (la puerta de Potifar), 2) Los sueños de los presos (la puerta de Faraón) y 3) Los sueños de Faraón (la puerta de las naciones).

Si José tenía el don de interpretar sueños también sus propios sueños el debe haberlos entendido, José entendió que de alguna forma no solo sus hermanos, sino también su padre se inclinarían ante el, pero sabía que para que los sueños se cumplan hay que contarlos primero a alguien, hay que decirlos.

Como podemos ser prósperos como José: Contando nuestros sueños, siendo Íntegros en todo lo que hacemos (no hacer trampas), siendo fieles a nuestra autoridad, no guardando rencor, confiando en que es Dios el dueño de todo (sobre todo de nuestra vida), siendo confiables en todo lo que hacemos.

Oración:

«Amado Señor, gracias por enseñarme este día tantas cosas grandes, te pido que me ayudes a poner mi corazón y mi vida en esto que he aprendido hoy, yo quiero ser prospero no solo para mi, sino para bendecir a muchos, a mis padres, a mis hijos, mi esposa, mi iglesia, a todo aquel que necesite.

Muchos no creen que la prosperidad es importante, pero es una muestra de tu mano sobre la vida de alguien, ayúdame a ser desprendido, a ser lleno de Tu misericordia, Tu nunca piensas en Ti primero piensas en los demás, dame un corazón manso y humilde.

Amén.»


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