El verdadero siervo

Publicado por Rev. Jose Peña en

Lucas 17:7-10

Jesús les habla a sus discípulos directamente esta parábola, al parecer suena muy dura y se puede entender como que aun cuando hagamos mucho, siempre seremos inútiles, pero en realidad; Dios aprecia mucho el trabajo que hacemos, pero como siempre todo tiene que ver con la actitud del servicio.

Dios esta mas interesado en nuestro corazón, la obediencia y la sumisión no en la apariencia, Dios puede ver en nuestro interior y en realidad aunque hagamos muchas cosas en la iglesia y en nuestra vida, diciendo que lo hacemos para El, pudiéramos tener otras intenciones muy personales.

Mas adelante en este mismo capitulo le preguntan sobre el Reino de Dios, cuando vendría. Jesús les responde que ese reino esta entre vosotros. El Reino de Dios no viene con señales visibles. Hoy en día hay muchos que se llaman siervos de Dios, pero claman que tienen las señales, y quieren decir, el Reino de Dios esta aquí, pero la palabra dice: No vayáis, ni corráis tras ellos.

Hoy en día hay muchos que tienen una agenda equivocada, el Señor nos enseña en esta escritura, que el siervo, hace su trabajo con responsabilidad, sabe lo que tiene que hacer, pero el Discípulo de Cristo va mas allá; tenemos que pedir tener el corazón de Jesús, para comprender que Dios nos ha dado su Reino, no es solo el Reino de Dios, es nuestro también, por eso debemos ir mas allá de un simple servicio de esclavo y tenemos que pasar a un pensamiento de dueños.

Como José hijo de Jacob sirvo fielmente a Potifar, luego al carcelero y luego a Faraón, y con los tres el fue Intachable, iba mas allá de su servicio, Dios prosperaba TODO lo que hacía porque el nunca lo hacía solo con interés personal. No se trata de TU ministerio, de TU llamado, de TU bendición, de TU prosperidad, de TU necesidad.

Verdaderamente debemos hacer todas las cosas (no importando quien está sobre ti), como si el único que tienes sobre ti es Dios, considera a la persona que Dios puso sobre ti como un enviado de Dios y sírvelo lo mejor que puedas, hazlo prosperar, bendícelo, considéralo tu socio, pues a través de ese servicio Dios abrirá tus puertas.

La bendición está en considerarnos deudores de Jesús, no sirvamos por obligación, sino porque es la voluntad de Dios y el medio que Dios usa para poder bendecirnos, para cambiar nuestros corazones, para mejorar nuestro carácter y formarnos a su imagen y semejanza.

Todavía no somos perfectos, pero Dios usa siempre a los imperfectos, y los mejora a través de otros imperfectos también. Nunca debemos sentirnos satisfechos con nuestro servicio para con Dios, esta parábola nos debe dejar con la inquietud de que TODO lo que hacemos lo pudimos hacer mejor, podíamos habernos quejado menos o no quejarnos del todo, podíamos haber sonreído mas o sonreído por lo menos, podríamos haber cambiado algo, la próxima vez lo haré mejor, esa debe ser nuestra actitud.

Oración:

«Señor te ruego que me perdones por mis malas actitudes a la hora de servir, o simplemente por no servir, por no haber visto la bendición que viene detrás del servicio. Gracias por mostrarme que puedo hacerlo mejor. Ayúdame cada a recordar que Todo es para ti.

Amén»


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