Para que la lampara arda
Éxodo 25:31-40; 27:20-21
En esta porción se nos detalla cómo debería ser confeccionado el candelabro: Debería hacerse de oro puro, y todo debería ser labrado a martillo, de una sola pieza debería hacerse todo, con sus tres brazos a cada lado y uno en el centro, 7 lámparas debería tener, cada una con una copa en forma de flor de almendro donde se pondría aceite de oliva.
El verso 37 nos dice que “sus lámparas serán levantadas de modo que alumbren el espacio frente al candelabro”, además harían despabiladeras y platillos para que la llama no se apague, todo debería hacerse de oro puro.
El aceite debería ser provisto por los hijos de Israel, hecho de olivas machacadas, el aceite no debería faltar nunca para que la lámpara arda continuamente. Aarón y sus hijos (los sacerdotes), mantendrán en orden delante del Señor desde la tarde hasta la mañana la luz del candelabro.
Tanto el hecho que el candelabro debía hacerse con martillo y las olivas deberían ser machacadas para sacarles el aceite nos habla en especifico de Cristo y sus padecimientos, pero también del quebrantamiento que debe haber en nuestro corazón a la hora de buscar la luz de nuestro Señor, la luz sin duda alguna es Cristo y el aceite siempre es símbolo del Espíritu Santo, en este caso la función del candelabro es alumbrar el espacio al frente donde estaba la mesa de los panes, la cual es símbolo de Jesús el pan de vida, esto quiere decir que la obra del Espíritu Santo siempre es y será alumbrar el camino hacia Cristo, es nuestra función como creyentes que nuestra luz le muestre a las demás personas donde esta Jesús, que apuntemos hacia El y no hacia nosotros.
El hecho que el candelabro era el único instrumento hecho de oro puro y no revestido nos hace ver que, es la obra divina solamente la que hace que alumbre la luz a través de nosotros, las flores de almendro así como la vara de Aarón, nos hablan de su pacto con nosotros, si dejamos que su Espíritu alumbre a través de nuestra vida.
Lo más importante de esta enseñanza es que somos nosotros los responsables de que haya fuego en nuestra lámpara, para eso Dios nos ha dado “despabiladeras” su palabra y la oración, cuando vemos que el fuego se está apagando, que no alumbramos mucho, que nuestra luz es muy débil, nuestra obligación es no dejar que se apague. Tener pasión por nuestro Señor es algo que nosotros debemos traer, el aceite para que la lámpara encienda es obligación nuestra, machacando nuestro orgullo y nuestra voluntad.
Necesitamos comprender que Dios no va a hacer esto por nosotros, si el fuego se apaga somos nosotros los que tenemos que encenderlo.
Oración:
Señor yo he escuchado tu voz, entiendo que cuando estoy falto de pasión por servirte, por buscarte y por las cosas del reino, es porque necesito despabilar mi vida de las cosas que ensucian la luz, nada debe interponerse entre Jesús y yo,
La luz que me has dado es para que todos te vean a ti, para que les sea más fácil encontrarte Señor.
Te entrego mi corazón, despabílame hoy.
Amén.
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