Y pusieron sus mantos

Publicado por Rev. Jose Peña en

Hechos 7:54-60

Después del mensaje de Esteban, los que le escuchaban se sintieron ofendidos y un espíritu de odio se apoderó de ellos — lo podemos ver en el hecho que crujían los dientes contra él –.

En el último versículo del capítulo seis leemos que todos veían su rostro como el de un ángel, y ahora Esteban ve lo que no muchos mencionan que hayan visto: “la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios”, esto fue la gota que colmo el vaso y lo sacaron afuera de la ciudad para matarlo apedreado, y pusieron sus mantos a los pies de Saulo que era el que aparentemente estaba dando la orden.

Los que iban a apedrear a Esteban se prepararon con maldad, buscaron falsos testigos para atraparlo y ahora hasta se ponen cómodos, se quitan sus trajes para no ensuciarlos de sangre, tierra o sudor, posiblemente también le quitaron la ropa a Esteban.

Todo esto lo pusieron a los pies de Saulo quien estaba en ese momento tomando la responsabilidad de la ejecución.

Muchas veces la reacción de la gente a la que le hablamos no será buena pero muy pocas veces hoy en día (por lo menos no en America), sucede que lleguen al extremo de apedrearnos, pero si sucede algo parecido en nuestra vida, y somos rechazados, a veces, acusados falsamente, pero siempre en todo caso hay alguien detrás de todo, hay alguien que está a cargo de la acusación y del juicio, y no estamos hablando de Dios.

El hecho que a Esteban lo veían como a un ángel nos habla de la paz y tranquilidad, la confianza y la autoridad, cosas que los religiosos no pueden soportar.

Ver la gloria de Dios es algo que muy pocos han logrado, pero ver a Jesús de pie, como esperando a Esteban, como diciéndole no temas, aquí estoy esperándote, me pongo de pie ante tu valentía, gracias hijo mío por no avergonzarte, por confiar en mí, por hablar la verdad y por dejarte usar por el Espíritu Santo aun sabiendo el precio, por eso Jesús estaba en pie.

Es impresionante además; que ve a Jesús a la derecha de Dios, aun cuando a Dios nadie le ha visto jamás, sin embargo estos eran los últimos minutos o segundos de vida de Esteban.

La responsabilidad de su muerte, el que acusaba y el que estaba detrás de todo era Saulo (en este tiempo siendo instrumento del enemigo para destrucción y aflicción de la iglesia), sin embargo Esteban reconoce que su enemigo no era de carne, por esa razón podía absolver a sus compatriotas, por eso ora y pide que no se les tome en cuenta ese pecado, la misma reacción de nuestro Señor, el manto que Esteban tenia sobre su vida era el mismo de Jesús y era mayor que todos los mantos que pusieran a los pies de Saulo, nuestra intercesión puede salvar aun al más malo.

Oración:

Señor, que mi corazón esté siempre lleno de amor y compasión, que pueda llevar tu manto conmigo siempre a fin que las ofensas y los ataques que sufra, sepa que no provienen de las personas, sino que van más allá, como nos enseñaste, yo también soy pecador, perdona mis ofensas también y libra a mis enemigos, ten misericordia de todos, que tu luz alumbre siempre sobre la humanidad.

Amén.


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