Respirando vida

Publicado por Rev. Jose Peña en

Hechos 9:1-22

El pasaje comienza con Saulo, respirando todavía (no estando satisfecho aún) amenazas y muerte. Saulo de tarso para todos los creyentes de ese momento debe haber sido el mismo diablo, era temido y posiblemente su rostro mostraba sus sentimientos de odio y muerte para con los creyentes. El era muy educado, pero al mismo tiempo ciego espiritualmente, para Dios muy ignorante.

La gloria de Dios lo cubre con la misma luz que rodeo a Moisés en el monte Sión cuando Dios le permitió ver su espalda, después de allí Moisés tuvo que cubrir su rostro pues resplandecía su piel, ese velo representaba esta misma ceguera de Saulo, la ley (así como ese velo) no permitía a Saulo ver, tenia escamas en sus ojos.

Jesús lo cubre y lo llama aún cuando Saulo en ese momento no era digno para ninguno de los creyentes. Ananías recibe instrucciones del Señor de ir a orar por Saulo, ya que este estaba orando y había recibido una visión. Dios estaba atando los cabos en la vida de Saulo. Ananías ora por Saulo y caen escamas de sus ojos, el velo de la ley había sido removido. Tomó alimentos y cobró fuerzas, estuvo por varios días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar a Jesús.

Saulo viene siendo para nosotros los gentiles, lo que Moisés fue para los hebreos. El Señor lo escoge como instrumento para liberación, para instrucción de muchos, así como Moisés escribió la ley, así ahora era necesario alguien que Dios pudiera usar para que escribiera el nuevo pacto.

Aunque ambos son especiales para nosotros, Dios tiene un plan especifico para cada persona, en especial para los que le aman y quieren hacer su voluntad. Algunos de nosotros, al igual que Saulo respirábamos muerte, no había vida en nosotros, nuestro futuro era incierto y lo mas probable no éramos personas que la iglesia quisiera en medio de ellos.

Después de haber dado muerte a muchas personas inocentes, solo por ser creyentes de Jesús, ¿cómo se habrá sentido Saulo en medio de ellos? No creo que nunca se le haya olvidado cuando mataron a Esteban, o cuando arrastraba por la ciudad a hombres y mujeres que amaban al Señor. La culpabilidad muchas veces no nos deja vivir.

Me encanta el versículo 22 que dice: después todos se preguntaban ¿no es este el que asesinaba a todos los creyentes? Dice que Saulo seguía fortaleciéndose.

No todos se pueden identificar con Saulo en cuanto a su maldad, pero los que si podemos, entendemos lo difícil que fue para Saulo, aceptar el perdón de Dios, solo se puede llevar esa cruz a través de una vida consagrada completamente a El.

No hay otra forma de fortalecer nuestro corazón, es solo sirviéndole y entregándole la vida entera. Gracias a Dios por el perdón, ahora podemos respirar vida envés de muerte.

Oración:

Señor, tu que siempre me has conocido, y aunque no te acuerdes de mi pasado pues me perdonaste, ayúdame a fortalecerme, a poder perdonarme yo mismo algún día, a fin que puedas usarme como deseas, gracias por amarme siempre, Señor.

Y por mandar a tu siervo Ananías para que orara por mi.

Amén.


0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *