Lo que Dios ha limpiado
Hechos 10:1-20; 34-35
La historia de Cornelio un soldado del imperio romano es muy especial, el pueblo hebreo a través de la historia había encontrado simpatizantes aun de entre las naciones paganas, por ejemplo: el faraón en tiempo de José, el rey de Persia en tiempo de Daniel, y muchos otros casos, pero ninguno había llegado tan cerca al corazón de Dios como este centurión el cual recibe la visita del Señor, se nos menciona su actitud que era piadoso y temeroso de Dios, daba limosnas a los judíos y lo mas notable: oraba a Dios continuamente.
Esta actitud es comprensible en los cristianos y aun hay unos que no lo hacen continuamente, pero verla en un Romano (su cultura tenía muchos dioses), que reconociera al Dios de los judíos y orara a Dios. Con su bondad y piedad tocaba el corazón de los judíos, pero sus oraciones tocaban el corazón de Dios.
Tus oraciones y tu bondad (limosnas) han subido delante de Dios, esto va mas allá de lo que Cornelio sabía, necesitaba aún mas, para eso y para dar una lección grande a los judíos (y a los discípulos), Dios una vez mas junta dos cables sueltos.
Dios esta tejiendo una obra que no podemos comprender pues esta en la mente de El, sin embargo; conforme va tejiendo vamos viendo y agarrando una idea de lo que quiere hacer.
Hoy en día conocemos mas que lo que los hebreos sabían cuando recibieron la ley de Moisés, también conocemos mas que lo que los primeros discípulos aun cuando caminaron con Jesús pudieron entender, sin embargo; siempre nos sorprende cuando vemos la actitud del corazón de ciertos individuos los cuales Dios escogió para ponerlos de ejemplo para nuestra vida, para que veamos que nuestras actitudes y nuestra manera de vivir aun cuando no conocíamos al Señor, pueden llegar a su presencia.
Muchos piensan que la gente no puede llegar a conocer a Dios sin que les prediquemos, pero vemos que hay gente muy especial, que tienen un corazón sensible, que desean conocer a Dios, ellos buscan la manera de acercarse, muchos equivocadamente, pero Dios ve la intención de sus corazones y por eso nos envía a hablarles.
Debemos como Pedro, aunque no entendamos, ser obedientes a su voz, e ir a quien El nos mande pues no sabemos si la lección la vamos a aprender nosotros. En el caso de Pedro, no era el quien iba a enseñar, sus oyentes estaban mas que listos, Pedro no sabía; pero el iba para aprender que es Dios quien llama a las personas, nosotros no escogemos a quienes nos podemos acercar, Dios es quien nos limpia a todos.
Un día nosotros éramos inmundos también, a Pedro se le olvidaba que Dios llamó a Abraham de Ur de los caldeos, una nación gentil también, en realidad todos somos iguales.
Oración:
Gracias Dios amado, porque aun cuando éramos pecadores tu nos llamaste, gracias por recordarme este día que nadie es inmundo si tu lo llamas, tu eres quien nos limpia por tu gran misericordia, en realidad todos los humanos somos iguales y dignos de castigo, pero gracias Señor que extiendes tu misericordia a todo aquel que te busca con sinceridad de corazón.
Amén.
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