La Gloria es del Señor
Hechos 12:21-24
El rey Herodes Agripa gobernante de Jerusalén por parte de los romanos, se sienta a gobernar al pueblo, esto lo hizo con mucho talento y mucha capacidad, su apariencia era de mucha realeza, historiadores dicen que sus ropas eran plateadas y de gran apariencia, y que por ser temprano los rayos del sol se reflejaban y brillaba, la gente lo vio como un ser majestuoso y comienzan a gritar: ¡voz de un dios y no de un hombre es esta! Herodes se sintió orgulloso y dejo que la gente lo adorara y blasfemara, esa es la razón por la que, para que su pueblo no siguiera con la idolatría, inmediatamente un ángel lo hiere de muerte y una muerte fea pues murió podrido y comido por gusanos.
Contrastado con Pedro, el cual cuando el Centurión romano se postra a adorarlo; Pedro lo levanta y le dice “Cornelio levántate que yo también soy hombre como tu”.
No hay duda que el pecado del orgullo, es uno de los mas dañinos y con el cual todo ser humano debe tener mucho cuidado pues es muy sutil. El poder, la fama, el dinero, son agentes que junto con un poco de orgullo son una mina que estalla en la vida del ser humano.
Hoy en día hay gente que después de no tener nada, con una vida piadosa a Dios, con mucho sacrificio y esfuerzo, Dios los levanta y los pone en una posición de influencia, sin embargo vemos como se va torciendo poco a poco; la inocencia se pierde, la humildad va desapareciendo transformándose en una autoestima arrogante, en una posición de superioridad, enamorados por el aplauso, muchos comienzan a desviar el mensaje hacía ellos envés de Jesús, hacia los dones y el sacrificio humano, en lugar del Espíritu Santo y Jesús quienes hacen posible nuestra vida.
Cambian su posición humana por falsa espiritualidad, desean cambiar su naturaleza y ahora son Espíritus con cuerpo. El peligro de esto es que, Dios es celoso, el no comparte su gloria con nadie y si es su pueblo el que se corrompe, Dios escogerá hacer un ejemplo de esta situación.
Mantenerse humilde no debe ser fácil cuando somos expuestos a la fama, pero cuando tenemos sueños grandes pero muchos complejos estos serán armas del diablo en contra de nosotros, por eso es que hay que conocerse a si mismo, conocer nuestras debilidades, entregarlas a Dios continuamente y pedirle que siempre nos muestre nuestros defectos.
Algunos de ellos siempre los tendremos como un aguijón para que no se nos olvide que, solo El es perfecto, nosotros no somos mejores que nadie, solo portadores del mensaje.
Oración:
Señor Jesús, gracias por tu palabra, muéstrame mis maldades, ayúdame a tener un espíritu recto delante de Ti.
No permitas que el orgullo me aprisione y me ciegue, sino que manténme alerta ante los pecados, para reconocerlos delante de Ti.
Perdóname pues hombre soy, lleno de defectos y pecados, he venido delante de Ti, te sirvo no porque sea mejor, sino porque no tengo otra opción, sirviéndote es como puedo estar cerca de Ti, es allí donde me siento seguro, eres mi refugio en contra de mi peor enemigo el orgullo.
Amén.
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