En busca de …

Publicado por Rev. Jose Peña en

“1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?”
Salmo 42:1-3

INTRODUCCION:
Como cristianos muchas veces pensamos religiosamente en cuanto a la oración, pero muchos personajes en La Biblia me llaman la atención su fervor al orar, su pasión, su relación muy personal con Dios.

Quizás no hay mejor oración que cuando estamos abatidos por alguna prueba o situación en la vida, el caso de David cuando era perseguido, Daniel en medio del cautiverio, Jacob cuando se sentía solo, etc.

Puedes recordar algún momento cuando tu oración fue tan fuerte que sentiste la presencia de Dios cerca de ti?

1. El bramido del ciervo (venado)

Bramar significa “gemir”, “aullar”, “gritar” es una desesperación muy grande sobre una necesidad o un deseo ferviente imposible de aguantar.

David expresa su deseo ardiente, su necesidad de la presencia de Dios:

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo

Aun cuando el guarda silencio el solo hecho de sentirlo cerca nos hace agarrar fuerza para seguir soportando y aprendiendo de cualquier situación.

Cuando oramos, tenemos que de verdad desear estar en su presencia, los creyentes tenemos el arma mas poderosa pero muchas veces nuestra oración en lugar de mover montañas, da lastima, por tanta queja. Si bien es bueno decirle a Dios como nos sentimos tenemos que aprender a dejar las cosas en sus manos.

2. Cuando nos sentimos abandonados

“Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?”

Ciertamente, todos experimentamos esa soledad, nos enfrentamos a traiciones en la vida, enfermedades, dolores, y muchas otras cosas.

David, fue perseguido por el rey Saul, traicionado por su hijo Absalón, sufrió por el pecado y perdió muchas cosas en la vida, muchas el sentía esa pregunta como un puñal en su corazón ¿Dónde está tu Dios?

Cualquier persona que nunca ha tenido una relación personal con Jesús, no tendría respuesta, pues como dijo David al principio: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”

Por eso cuando oramos no oremos como a un dios cualquiera, hablemos con el Dios vivo, uno que oye, hable y siente.

3. Recordemos los momentos con Dios

“6 Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
7 Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.”
Salmo 42:6-8

Cuando tu alma esta abatida, el diablo te va a tratar de hacer sentir peor, y te recordara tus fracasos, tus pecados, y todo lo malo que pueda para hacerte sentir peor.

Por eso David, dice: “Me acordaré, por tanto” y comienza a pensar en todas las cosas donde vio la mano de Dios. Acordándose de su misericordia.

Misericordia es un favor inmerecido, o sea a pesar de nuestros pecados y errores, Dios es bueno y tiene misericordia si lo buscamos con sinceridad.

“En la mañana” acordémonos de su misericordia y
“De noche su cántico”: significa, mi adoración a Dios al final del día.

Es una buena forma de hacer nuestra oración mas fervorosa. No repitas lo mismo cuando oras dijo Jesús. No son las palabras simplemente las que llegan al corazón de Dios sino la actitud nuestra y las intenciones de nuestro corazón.

Conclusion:

David termina el Salmo 42 asi:

“¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.”
Salmo 42:11

La respuesta a ¿Donde esta tu Dios? Radica en tu corazón también, si lo conoces, espera en Dios, o sea ten confianza que el aparte de misericordioso es mucho mas fiel a nosotros que nosotros mismos, ten fe que “aun he de alabarlo”, porque EL es mi Salvador y mi Dios.


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