Resistiendo al diablo

Publicado por Rev. Jose Peña en

Si queremos tener victoria no comencemos a reprender al diablo, o querer hacer “guerra espiritual”, muchos aprenden eso en la iglesias solo para sufrir grandes derrotas o simplemente frustrarse y desanimarse cuando ven que poco logran con gritarle al diablo o “reprenderlo”.

En el libro de los hechos encontramos esta historia:

“Algunos judíos que andaban expulsando espíritus malignos intentaron invocar sobre los endemoniados el nombre del Señor Jesús. Decían: «¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!» Esto lo hacían siete hijos de un tal Esceva, que era uno de los jefes de los sacerdotes judíos.

Un día el espíritu maligno les replicó: «Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?» Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu maligno los dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos.”
Hechos 19:13-16 (NVI)

La Biblia nos explica bien claro que si queremos ganar la batalla contra el enemigo y queremos que se vaya de nuestra vida tenemos que hacer primero ciertas cosas importantes leemos en la carta del apóstol Santiago:

“¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios. ¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros?

Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura:
«Dios se opone a los orgullosos,
pero da gracia a los humildes».

Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.”
Santiago 4:4-8a (NVI)

El pasaje anterior menciona:

Lo que no tenemos que hacer

1. No podemos ser “Amigos del mundo”

Cuando la Biblia usa la palabra mundo se refiere al estilo de vida pecaminoso, o sea: los malos deseos que predominan en el mundo, las malas pasiones, la vida desenfrenada que el mundo acepta como buena cada día mas, etc.

No se puede esperar poder resistir al diablo cuando sigues siendo amigo de el, o sea cuando sigues deseando hacer lo que los del mundo hacen.

“¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?”

Santiago 3:11

“Por sus frutos los conocerán.”
Mateo 7:16a

2. No podemos ser “Orgullosos”

Dios nos llama orgullosos cuando no reconocemos nuestra necesidad de Dios, cuando estamos viviendo una vida de pecado y no pedimos la ayuda de Dios. Esto no esta hablando a los del mundo, le habla a los “creyentes”, que siguen deseando los placeres de este mundo, que quieren tener una vida victoriosa pero viven fracasando porque no reconocen su estado espiritual.

Dios nos ama y quiere ayudarnos, no podemos tener comunión con Dios, y una relación buena, cuando no le permitimos que nos ayude.

El hijo prodigo que menciona Jesús en Lucas 15:11-32, tenia todas las cosas pero no podía disfrutar de ellas por su deseo de “independencia” del padre. Eso es orgullo también, no pudo tener una buena relación hasta que “toco fondo” y volvió en si, o recapacitó que estaba sufriendo simplemente por cabeza dura y orgulloso, la solución volver a su padre y humillarse.

Dios no quiere que te pegues en el pecho o hagas penitencia, el conoce tu corazón, de nada vale una penitencia si en el corazón no hay arrepentimiento.

La medicina para el orgullo es el arrepentimiento y la confesión a Dios.

Lo que si tenemos que hacer:

3. Someternos a Dios

a. Esto significa someter nuestra mente y actitud:

“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”
Romanos 12:2 (NTV)

b. Practicando lo que aprendemos:

“Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza. No dejen de poner en práctica todo lo que aprendieron y recibieron de mí, todo lo que oyeron de mis labios y vieron que hice. Entonces el Dios de paz estará con ustedes.”
Filipenses 4:8-9 (NTV)

4. Resistir al diablo

Esto significa que después de pedirle ayuda a Dios, humillarnos y someternos, ahora nos toca resistir la tentación, mas que gritarle al diablo “te reprendo”, “te ato”, etc. Debes resistir sus tentaciones:

  • Malos pensamientos
  • Pensamientos negativos
  • Pensamientos de venganza
  • Pensamientos de lujuria
  • Pensamientos de placer

Todo pecado comienza en la mente, y cuando le damos tiempo al pensamiento, trae un deseo o sentimiento, y luego ya no se puede controlar. Por eso la batalla es en la mente.

Por eso es importante que usemos el poder que Dios nos ha dado, nuestra fortaleza, nuestro compañero de batalla, El Espíritu Santo:

“Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
1 Timoteo 1:6-7

CONCLUSION:

No peleemos mal, la batalla ya Jesús la ganó, no te dejes engañar por el diablo, el hace ahora lo que quiere y anda suelto tirando pecado y tentación por todos lados, no seas atraído por las cosas y distracciones de este mundo:

“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.”
1 Pedro 1:6-7 (NVI)

“Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.”
Santiago 4:4 (NVI)

 

 


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