¿Estuviste con Jesús?
Hechos 4:13-31
Pedro y Juan ante el concilio de los sacerdotes por haber sanado a un cojo de nacimiento. La palabra nos muestra que todos se maravillaban al escucharlos hablar con tanta confianza, pues sabían que eran hombres sin preparación académica (o religiosa en esa época iban de la mano), y reconocían que habían estado con Jesús, además tenían la prueba de que Dios estaba con ellos pues nadie podía negar el milagro en el cojo, lo único que pudieron hacer es amenazarlos y decirles que no siguieran hablando ni haciendo cosas en el nombre de Jesús pues les ofendía. La respuesta de Pedro fue: juzguen ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecer a ustedes antes que a Dios.
Como cristianos, amantes de nuestro Dios y de nuestro Señor, tenemos que preguntarnos siempre:
¿Qué quiere Dios que haga en esta situación?
¿Cómo verán a Dios a través de mi vida?
¿Cómo sabrán que yo he estado con Jesús?
Cuando tenemos un corazón sincero para con Dios, buscamos hacer su voluntad y dejamos que El Espíritu Santo actúe alrededor nuestro; entonces la gente se maravillará y podrán comprender que no somos nosotros, no es nuestra doctrina o filosofía, no es nuestra técnica, ni una unción ganada por algún esfuerzo personal.
Hoy en día es tan importante que tengamos la actitud de la iglesia primitiva, en la cual todos oraban por los enfermos, todos tenían buen testimonio y ganaban el afecto del pueblo por ser personas humildes y bondadosas.
Mostrar a Jesús antes que mostrar nuestros talentos debe ser un esfuerzo diario para todo creyente, a medida que caminamos con Jesús y el va añadiendo talentos a nuestra vida, corremos el peligro de que no lo vean a El, que bueno que la gente pueda verlo a El y no a nosotros, en realidad así como dijo Pedro: nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído, en realidad solo somos mensajeros, el ungido es Cristo.
Cuando viene la persecución en la vida, cuando hay grupos que no quieren que mostremos nuestro amor por Jesús, que hablemos de Dios, que se sienten ofendidos por el mensaje, que dicen que eso no debe ser porque es discriminación, etc., recordemos que no es justo delante de Dios que nos callemos por temor a ofender, ellos ofenden a Dios antes y es porque Dios los ama que nosotros hablamos.
Ahora que estamos en un mundo lleno de maldad y oposición a Dios, es cuando mas tenemos que orar: “Considera Señor sus amenazas y permite que tus siervos hablen tu palabra con confianza, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades, prodigios y milagros mediante el nombre de Jesús”, confirma tu presencia en nuestra vida.
Oración:
Señor el mayor anhelo de mi vida es que puedan todos reconocer que he estado contigo, que no me vean a mi, sino que pueda llevar los ojos de todos hacia ti.
Perdóname cuando he pensado que por manejar un talento eso es suficiente, es necesario que tu mano se mueva y vayas mas allá de lo humano, a fin que sepan que eres El Todopoderoso.
Amén.
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