Ladrillo en lugar de piedra

Publicado por Rev. Jose Peña en

Pasaje Bíblico Génesis 11:1-9, aun cuando había una sola lengua y Dios le había dado instrucciones precisas al hombre de llenar la tierra y poblarla, estos pudieron unir sus esfuerzos para obedecer el mandato de Dios y cumplir la misión del hombre como una sola raza, sin embargo el hombre siempre ha buscado como ser mejor que su hermano y estos que habitaban en esta región deseaban edificar una gran ciudad, levantar el primer rascacielos del mundo (esta competencia todavía existe), queriendo impresionar con sus adelantos, cambiaron la forma original de construcción la cual es con roca y con mezcla, pero ellos querían algo completamente hecho por sus manos, crearon sus propios ladrillos (imitación de algo creado por Dios) y asfalto envés de mezcla, ellos cambiaron la forma de hacer las cosas, buscando hacerse de un GRAN NOMBRE o de GRAN FAMA, querían impresionar a toda la humanidad de ese tiempo y a los que vinieran después.

El hombre rebelde siempre ha querido tomar sus propias decisiones, ir en contra de la voluntad de Dios y ha sido siempre fácilmente presa de las tentaciones de Satanás el cual siempre alimenta el orgullo del hombre, el cual ingenuo al plan del diablo el cual solo desea arruinar la vida y llevar la contraria a Dios, siempre cae presa de la tentación, desde el Edén el diablo ha seguido la misma rutina pues parece que siempre le funciona, para el tiempo de Jesús la segunda tentación fue ofrecerle las grandes naciones de la tierra, naciones que así como Babel comenzó a hacer que el hombre le edificara a el obviamente, pues le dice al Señor: “todos estos reinos te daré, si postrado me adorares, pues a mí me ha sido entregado el dominio y a quien quiero se lo doy”.  ¿Que clase de individuo ofrece algo que no edificó el?, que con engaños ha hecho que el hombre le edifique (pensando que lo ha hecho para el mismo y no para el diablo).

La enseñanza de todo esto es que Dios cumplirá su propósito, no importando si el hombre coopera y el diablo se oponga, Dios nos ha invitado a ser colaboradores con El, pero aún si el hombre no quiere obedecer a la invitación Dios cumplirá sus propósitos pues El es Dios.

«Amado Dios, perdónanos cuando no nos damos cuenta o caemos en la arrogancia pensando que los dones y la sabiduría que tenemos es nuestra, sin darnos cuenta que toda buena dádiva y todo don perfecto viene de Ti. Yo acepto la invitación que me haces, quiero servirte y ayudar en Tus planes para toda la humanidad, guíame y enséñame a hacer siempre tu voluntad.

Gracias por ser paciente conmigo y con mi familia, tu conoces nuestro corazón y el anhelo que tenemos por poder ser parte activa en Tu plan redentor.

Gracias por tomarme en cuenta Señor, amén.»


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