Nuestra Corona
Salmo 8:3-9
David exalta la grandeza y la gloria de Dios, que cierto es que cuando vemos la grandeza de la creación, los cielos y la naturaleza, el corazón de alguien que conoce a Dios, siempre estalla en alabanza y adoración.
Al contemplar su obra y su grandeza la comparación siempre viene a la mente: ¿qué es el hombre para que de el te acuerdes y el hijo del hombre para que lo cuides?
Esa es la pregunta de un corazón humilde, el orgulloso y el altivo creen que merecen todo lo mejor y se enojan con Dios si encuentran sufrimiento, David en medio de sus batallas en una noche estrellada posiblemente contemplado todo esa belleza, llega a esa pregunta. Como es posible que Dios creara todas las cosas y nos pusiera como señores de la creación, Dios no solo ha creado todo para nosotros, sino que encima de todo nos cuida.
Ciertamente la única expresión que viene a mi mente es de gratitud infinita, pues al contemplar las noticias y ver lo que el hombre produce: maldad, odio, envidia, celos, guerras, crimen, adulterio, etc., en todo el hombre pecador es malo e incrédulo.
Dios desea hablarle a través de su creación y no puede ver la mano de Dios en todo lo creado, es mas fácil aceptar a los ovnis y otras locuras, explicaciones que a los que conocemos la verdad nos parecen locuras, así mismo para ellos creer en Dios les parece malo.
En un mundo de tanta ceguera espiritual, que bueno es cuando conocemos a alguien como David, el cual la creación le puede hablar, la belleza no es obra de la naturaleza, la belleza es la expresión del amor de nuestro Dios, que puso en nuestro ojo la capacidad de admirarla, contemplarla y captar su mensaje de amor: TODO ESTO LO HICE PARA TI.
Somos según la escritura un poco menor que los ángeles, esta expresión parece mal, pues los ángeles son santos y poderosos, y el hombre es pecador y frágil, sin embargo; esta declaración se refiere a la capacidad del hombre de decidir, aun cuando va en contra de su naturaleza caída; decidir amar a Dios, decidir obedecerlo, decidir que no voy a ser como los del mundo sino como Dios planeó que yo fuera y no como el mundo quiere decirme que debo ser.
Ante la majestad y la gloria de Dios no podremos mas que rendirnos a sus pies, y eso lo harán todos un día, pero cuan maravilloso es poder hacerlo con solo ver la majestad de sus obras, tener un corazón sensible para con Dios, eso nos hace capaces de poder escuchar su voz, de poder vivir en este mundo sabiendo que El cuida cada día de nosotros, que El desea nuestra felicidad; que los que desean hacernos mal, que los que odian a Dios y a los que confiamos en El, un día tendrán que reconocer que El es Soberano.
Oración:
«Gracias Señor por las obras de tus manos, no podemos ver tu rostro y vivir, pero podemos ver la hermosura de tu creación y que nuestro corazón se llene de gratitud.
Todas las cosas las hiciste perfectas, Gracias por crearme un día y mostrarme tu gran amor por mi, puedo confiar en Ti que me cuidarás siempre.
Amén.»
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