Poder de Dios
Hechos 19:1-16
Encontramos en este capítulo a Pablo dándonos con claridad una demostración de la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo, Pablo encuentra unos discípulos y su preocupación por ellos fue si habían recibido el bautismo del Espíritu Santo, ellos le respondieron que ni siquiera sabían que había un Espíritu Santo.
Luego de esto el les da la explicación que el bautismo en agua (o bautismo de Juan), es para arrepentimiento, para mostrar nuestra conversión del pecado a una vida para Dios; pero que Juan había dado testimonio de que Jesús vendría después bautizando con su Espíritu Santo.
Cuando oyeron esto dice la palabra que fueron bautizados ahora como se debía, en el nombre de Jesús y luego de eso Pablo les impuso las manos y vino sobre ellos el Espíritu Santo y hablaban en lenguas y profetizaban.
En la Escritura encontramos siempre que a través de la imposición de manos de aquellos que ya han sido bautizados otros también reciben el bautismo, también leemos en la palabra que hay que desearlo.
Hay muchas cosas que se pueden hacer para capacitarnos; podemos ser buenos maestros capacitando nuestro intelecto mediante estudio, profesores, universidad, etc., y mucha gente es efectiva porque tienen una personalidad extrovertida y tienen un talento para hablarle a otras personas.
Pablo por alguna razón reconoce que a estos discípulos les faltaba algo, no estaban completos. Es como cuando alguien tiene una deficiencia en su alimentación, no importa cuanto coma, pero si le falta uno de los nutrientes, esto le afectará en su forma de desenvolverse.
El Espíritu Santo es el que le imparte la vida al creyente, es el que hace que podamos soportar las dificultades de la vida con una sonrisa, es quien en los momentos difíciles nos da el valor de enfrentarnos a las diferentes situaciones a la hora de predicar su palabra. Todo creyente es llamado a ser un testigo de Jesús. Todo el que desea ser un mejor testigo de Jesús, un mejor creyente, alguien lleno del Poder de Dios, debe anhelar tener este bautismo.
El recibir esto hace que la persona pase de tener un conocimiento a tener una experiencia. Esta experiencia no la tienen todos en la vida, ni la tiene ninguna religión, la experiencia poderosa de recibir el fuego de Dios en tu vida, es simplemente algo que no se puede explicar, es un gran tesoro en una vasija de barro que somos nosotros, pero es la promesa de Jesús para todos los que lo reciben.
Como sabían que lo habían recibido: “porque los oían hablar en lenguas”, cuando lo experimentas, puedes después pasar a ser uno que lo imparta, y cuando tu llegas a ser el canal que Dios usa para dar ese don a otra persona, sentirás aún mas el amor y la misericordia de Dios en tu vida, servir de bendición para otro.
Oración:
Gracias Señor por el don y privilegio del bautismo en el Espíritu Santo, mi gran compañero, el gran guerrero, tenerte conmigo me da lo que necesito para poder llevar a cabo la misión de mi vida. Me das valor, me guías y me confortas donde quiera que vaya, úsame para bendecir a otros Señor.
Amén.
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